El dominio minero

Hasta nuestros días, hay una evidente falta de compromiso en la investigación y publicación de obras relacionadas con el Derecho Minero. Parece ser hasta paradójico que un país, cuyas entrañas están sustentadas en el reino mineral, no evidencie bibliografía tan nutrida, relacionada con nuestra riqueza. Por tal razón, resulta un honor reseñar, con encomio, la genialidad de la obra de la señorita Leonor Merino Gutiérrez y don Andry Cossio Conejeros, destacados juristas de la Universidad Santo Tomás, quienes con pluma autorizada, han recorrido un apasionante punto neurálgico de las instituciones propias del Derecho de Minas: El Dominio Minero. Se desprende su gran labor, junto con constituir un fecundo testimonio de su destacada producción, la manera metodológica y precisa, con que los autores intentan y proponen soluciones concretas a un tópico sui géneris, totalmente distinto al concepto clásico y civilista del derecho real de dominio que conocemos, responsabilizando al legislador y demostrando la necesaria urgencia en establecer cambios apropiados que sean coherentes o armónicos con los verdaderos criterios del dominio. Citando sus pasajes conclusivos, los autores formulan una crítica totalmente constructiva, al decir somos de la idea de que para efectos de dar seguridad jurídica a las instituciones y para evitar caer en contradicciones respecto de ellas, tenemos la obligación de impulsar a nuestros legisladores a delimitar su verdadero sentido y alcance, esclareciendo su verdadero significado, buscando una armonización jurídica respecto de ella. Por otro punto, el análisis comparado con distintas legislaciones hermanas, destaca el interés de exponer a rasgos generales, que el sistema concesional minero patrio es un modelo a seguir por su eficacia, en correspondencia y armonía, con las necesidades colectivas, esto porque a diferencia de los otros países, somos los únicos que al constituir una concesión, debemos recurrir al poder judicial y no a la autoridad política o administrativa que esté de turno, lo que hace que sea un proceso mucho más justo. sin arbitrariedades y con mucha más probidad, creemos además que este mismo procedimiento debería seguirse en el resto de los países para así anteponer los intereses de la comunidad por sobre los particulares. Finalmente, es significativo el análisis desde la tributación minera que efectúan nuestros juristas, pues, se ha sabido que la minería crea riqueza o excedentes económicos. Esto es, en definitiva, un fuerte incentivo para que las compañías privadas exploren, desarrollen y luego exploten los yacimientos minerales. En dicha sección, se aborda una serie de puntos y temas que serán importantes una vez que el enfoque de los gobiernos se vaya centrando con más fuerza en el tema de la tributación minera. Este libro no es más que un genial aporte de talento y magnífica calidad, que estoy seguro contribuirá en gran medida, a solucionar un problema dogmático latente que se ha creído solucionado, como es el Dominio Minero.