Lioy. Diodato
Filosofía del Derecho
Filosofía del Derecho
- Editorial: Ediciones Olejnik
- Edición: Primera
- Formato: 23 cm x 16 cm
- ISBN: 9789564072180
- SKU: 62972
- Año: 2022
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 484
Cuando dirigimos una mirada al Universo, nos vemos rodeados de fenómenos que anhelamos conocer. ¿Por qué medio llegaremos a esto conocimiento? Platón nos dice que la ciencia no se adquiere, como creen algunos, introduciéndola en el alma, como se da la vista a un ciego de nacimiento; sino que cada uno tiene en sí la facultad de conocer, como un órgano especial para el efecto cuando se aplica a la contemplación de lo que existe. Así, pues, bajo lo relativo es necesario buscar lo absoluto, bajo los hechos las ideas divinas o humanas que los originan.
Los antiguos consideraban las cosas bajo dos aspectos, como se observa en Platón y en Aristóteles: el uno solo atendía a lo ideal, el otro a lo real. El cristianismo tomó el punto de vista de Platón; pero, comprendiendo mejor la naturaleza humana, subordinó lo real a lo ideal sin anularlo. Presentáronse tales obstáculos con la invasión de los bárbaros, que el cristianismo no pudo hacer otra cosa que depositar los gérmenes que habían de desenvolverse en las edades futuras.
La Edad Moderna comenzó con cierto disgusto de las ciencias morales. Por odio a la escolástica, se abandonó el método racional, y Galileo, mucho antes que Bacon, declaró que el conocimiento de la naturaleza debe buscarse en las obras de esta, la cual se ofrece a nuestra vista, obrando siempre, verídica é inmutable en sus manifestaciones. La atención, sin embargo, no permaneció largo tiempo absorta en la naturaleza externa, y las ciencias morales fueron cultivadas con brillo por hombres como Maquiavelo y Grocio; pero procedían siempre separadas y por caminos opuestos, haciéndolas consistir todas en la observación o todas en el razonamiento. Bossuet adopta el tema De la ciudad de Dios de San Agustín, y publica su magnífico Discurso sobre la historia universal. Antonio Serra había buscado ya la ley de la formación de la riqueza, una de las principales direcciones de la actividad humana: Vico, continuando el trabajo de Bossuet, encuentra las leyes de la historia analizando al hombre bajo el punto de vista individual y social: las ciencias morales pudieron creerse verdaderamente constituidas. ¡Singular destino el de la Italia, que, entre los disturbios y la desgracia de los tiempos, ha producido los dos grandes observadores del mundo moral!